El teatro municipal de Rosas
Un amigo mío me ha mandado estos comentarios sobre el teatro municipal de Rosas. Para los que aun no conocen mi pueblo, la“sala SUF” fue una donación de un particular para uso y disfrute de los roséenses y puso como condición… Que ni el ayuntamiento ni los políticos pudieran meter mano.
El teatro municipal de Rosas se inauguró en junio del 2002 (empezó a construirse en junio del 2000) y diez años después en junio del 2012 seguimos sembrando en la misma dirección.
¿Cuánto costó?.
¡No importa! en estos diez años se han
realizado 210 espectáculos teatrales, es decir, no llega a 2 sesiones por mes.
¿Cuánto nos cuesta cada sesión?.
¡No importa! Para eso nos suben los impuestos.
En el año 2000 se pagaba por impuestos directos y tasas al ayuntamiento de
Rosas unos 12 millones de euros, mientras que en el año 2010 se pagó por
impuestos directos y tasas unos 25 millones de euros. En diez años se han más
que duplicado los impuestos… Y aun
pagamos más o menos ½ millones de euros cada año por intereses.
Aunque, por las obras que se han representado, parece que el foro del teatro es demasiado pequeño para grandes obras y demasiado grande para pequeñas obras… De las 210 sesiones teatrales que se han realizado en el teatro municipal de Rosas ¿cuántas se hubieran podido hacer en la sala del SUF?.
“Espectáculos
teatrales: 210 sesiones de teatro profesional, escolar, infantil (Optimist) y
amateur”. No están en orden según número de sesiones y mejor no saberlo...
Pero claro, las obras que se hacían en la sala SUF ni eran pagados con nuestros impuestos y ni eran controladas por nuestros políticos municipales.
Esta y estaba claro, que lo importante es y era, tener un teatro municipal, para que desde el gobierno municipal se pudiera mermar la iniciativa privada y crear servidumbre y amiguismos entre la población, es decir, un ejemplo más de “obra faraónica”, pagado con los impuestos de todos, que además contribuyo a incrementar la deuda municipal y modifico el plan urbanístico. “Sembrar para recoger”.
¡Si! Olvídense de los ideales y esfuerzos de
aquel grupo de roséense que ensayaba obras de teatro y nos las presentaban en
la sala SUF.
¡Si! Contemplen lo bonito que es tener un
teatro municipal que nos cuesta dinero.
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