Artículos de opinión y pequeñas noticias sobre mi pueblo

21/1/06

Mi querida funcionaria

Ya no me divierte ser funcionaria en...

En nuestra conversación, me comentabas que habías tenido momentos que se te había hecho difícil trabajar con ese espíritu de servicio que tanto te ha caracterizado desde que empezaste. En tu trayectoria profesional, siempre han estado presentes los principios de Deontología propios del buen funcionario, aunque me reconociste con la boca pequeña, que te había sido difícil “algunas veces”, la aplicación de esa ética tan tuya, en el trabajo.

Aun recuerdo aquellas frases y preguntas que me dejaron por unos momentos en silencio: “Me he quedado sin fuerzas, para enfrentarme a diversas situaciones profesionales: ¿Hasta que punto es ético y una esta obligada a realizar acciones que pueden entran en conflicto con la visión de la vida o la forma de entender el mundo de algunos de mis vecinos?. ¿Es moralmente obligatorio hacer pensar y hacer actuar a mis vecinos, tal como quieren nuestros gobernantes de turno?”.

Tras aquellas frases, nos fuimos por los derroteros de lo que dicen unos y otros: Algunos dicen que los funcionarios no pueden acogerse a la objeción de conciencia, pues han de cumplir las leyes que se aprueban democráticamente, además, deben de ser los primeros en cumplirla. Mientras que otros dicen que existe la objeción a la legalidad y la objeción de conciencia «Pues no se puede disuadir a los funcionarios objetores diciéndoles que su primera función y obligación es cumplir la ley. Pues entre otras razones, la ley y su aplicación están sujetos al respeto de los derechos fundamentales de las personas; y entre ellos, esta el la libertad de conciencia”.

Tras divagar sobre los principios, lo que más te dolió mi querida funcionaria, fue escuchar que se estaba cambiando el mito de “vuelva usted mañana” por el de “trabajo por votos”, y no te faltó razón para incluso enfadarte, pues últimamente se esta siendo injusto con los funcionarios, al no quereros reconocer que vuestra principal labor es el procurar el bien común de todos los vecinos. Aunque algunos lo ponen en duda, dada vuestra impenetrabilidad. Pero te defendiste, diciendo que las causas de la poca transparencia en el ayuntamiento, la han propiciado los políticos de turno.

Nos propusimos arreglar el mundo y para ello tuvimos que aceptar la necesidad de tener una multitud de funcionarios, para poder realizar los servicios públicos. Al fin y al cabo, somos todos los vecinos los que pagamos para que esto funcione. Sin embargo, nos dimos cuenta que podríamos llegar a una excesiva dependencia de lo que podríamos llamar “Papá Ayuntamiento”, y llegado el caso, podría darse, que los servicios ofrecidos fuera menores que las prestaciones que los vecinos demanden.

Eso nos hizo repasar un poco la historia municipal de nuestro querido pueblo durante el siglo pasado y nos sorprendió la sumisión sin crítica de normas y leyes que se han ido haciendo. Pero la gravedad del asunto, fue el percatarnos de lo lejos que aun estamos, tanto funcionarios, como vecinos, de ese deber o esa responsabilidad de supervisar las acciones que el ayuntamiento lleva a término. Y como generalmente eludimos toda la responsabilidad de cómo y de que forma se lleva a cabo, el buen o mal hacer en nuestro ayuntamiento...

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