Buceno en el canal de remo

Soy un canal con principio pero con un final sin acierto.

Si con la primera no pude, y desaparecer entre las agua fue todo fotos y miramientos, con la segunda avenida, he podido tragarme todas las aguas sin mucho crecimiento, días fríos he pasado este invierno, y por poco, casi me hielo. Ahora ya un poco recuperado del frío, oigo hablar del buceo.
Sumergido apenas dos palmos, en algún rincón si me apuras hasta puedo duplicar y llegar al metro. En mi fondo puedes encontrar entre otras cosas alguna piedra o tres palmos de lodo desecho. Y si realizas el fondeo, quizás te quedes atrapado y ciego, sino pones pronto remedio.
Las acequias son mis provisiones, de ella me viene el alimento, con abundantes restos de estiércol y orines de los rumiantes que apacientan los campos cercanos y poco lejos. Las algas poco viven, se desintegran pronto con los productos que llegan sin dueño y el control externo de las huevas de mosquitos dejan poco alimento a los peces que se me acercan perdidos en busca de alimento.
Soy un canal con principio pero con un final sin acierto. Proyectos varios he tenido, como el cubrirme con capa gruesa de hormigón y múltiples agujeros. No es nueva la idea del submarinismo, ni la del remo, ni la del patinaje artístico o de recreo. Pero ahí, se quedaron los proyectos...
Tan solo hace falta que alguien diga: “este canal es mío”, y pensando en sacarme provecho, comience a ver cual de las mejores ideas, puede llevar a buen puerto. Y lo que en un principio fui, (pequeño lago de ese estuario pocas veces escuchado) he pasado a ser canal reconducido y amurallado, donde ahora, incluso algunos con ciertos privilegios, quieren asimilarme a una calle de agua, y es donde últimamente me encuentro.
Quizás algún día tenga otro final y me convierta en un centro de... Dejo los puntos suspensivos, para no decantar ni a un lado ni a otro, cualquiera de los proyectos.