La pista de hielo sin terminar

¡Bueno! Sino podemos hacer que patinen sobre hielo, por lo menos podremos llevarlos al polideportivo.

Cada mañana, pequeños expertos, se acercan al canal del remo y con una caña dan pequeños golpecitos a las capas de hielo, como si quisieran medir el grosos de estas y las puedieran dar por buenas.
- ¡Ya casi tenemos terminada la pista de patinaje sobre hielo!, – Grita un pequeño experto, al comprobar que no puede hundir su caña en el hielo. Frente a él, se imagina completamente terminada y dispuesta, la improvisada pista de hielo, esta entusiasmado, y comprueba como cada día va creciendo ese hielo tan preciado, en el canal del remo.
Pero no hay manera. Las capas de hielo, aun no son lo suficientemente gruesas para aguantar al niño. Quizás el peso de un pato, si, pero el peso de un niño con patín, no.
En las escasas, pero no por ello agradecidas horas de sol, se forma espontáneamente un pequeño grupo de vecinos y comienzan a practicar el típico dialogo.
- ¿Tendremos que aguantar aun más el frío? - pregunta una madre, en bufada hasta la nariz y tiritando de frío.
- Mi niño, tampoco hoy, podrá patinar. – Se queja otra.
- Si por lo menos, pudiéramos verles divertirse un poco patinando sobre hielo en el canal – suspira un padre desilusionado un día más.
El diagnostico que les han trasmitido los pequeños expertos es negativo.
- ¡Bueno! Sino podemos hacer que patinen sobre hielo, por lo menos los podremos llevarlos al polideportivo.
- ¡No es lo mismo!, para ir al polideportivo, tenemos que coger el coche y desplazarnos más de un par de kilómetros.
- ¡Ya!, hasta nos han quitado los columpios que habían en el parque infantil. – recuerda una madre
- ¿Que hace la asociación de vecinos? ¿Por qué no se queja?.
No sigo con el dialogo que he escuchado, no vale la pena, tan solo pienso, que después de que unos vecinos recogieron más de 80 firmas, de que han salido en los periódicos no se cuantas quejas, de haber mandado no se cuantas instancias... Lo único que les queda por hacer, a cada una de las madres que tengan niños y viva en Santa Margarita, es escribir una carta a los Reyes Magos, pues si esperan que la asociación de vecinos, o el ayuntamiento, o la diputación, o la región autonomía, o el estado, les vengan a poner un parque infantil... Sus niños se harán abuelos...