Tres españoles cuatro opiniones

¡Difícil tuvo que ser! que juntándose un grupo de españoles pudieran llegar a un consenso donde todos ganaban y todos perdían. ¡Difícil tuvo que ser!. Pero actos heroicos los tenemos desde hace bastantes siglos… Aunque lo que realmente hace historia, no es una ley, o un acto heroico, sino la constancia y el trabajo de conservar las actitudes que nos llevan hacía adelante, ya que, es uno de los trabajos más arduos que se conocen y que además, se realiza sumando todos esos pequeños y heroicos actos anónimos.

¡Fue una apuesta por la libertad, una apuesta por la diversidad, una apuesta por la igualdad!. Pero ¿Dónde ha quedado todo esto?.

Difícil de explicar, pero parece que ahora se empiezan a encender las luces de alarma y se empiezan a mirar con recelo, a esas minorías que han estado en el poder y que poco a poco han ido implantando su particular plan de reeducación a la ciudadanía con el fin de convertirnos no en ciudadanos de segunda, no, sino en servidores y clientes de sus postulados.

¿Quien se atreve a decirles a esos españoles del consenso?, que al pasar los años, un pequeño grupo de espabilados iban a escudriñar la letra pequeña del consenso y pasando de su espíritu, se aprovecharían para permanecer en el poder durante bastantes años en esos pequeños reinos de taifas que se han ido formando. ¿Quién iba a pensarlo?.

Quizás las alarmas se han encendido, no por los desagravios que esta sufriendo nuestro país en el exterior, ni por la apisonadora gubernamental que esta pisoteando alguna que otra garantía constitucional, sino, por mirar con estupor lo que esta sucediendo al otra lado del charco, donde recientes sistemas democráticos se están transformando en dictaduras, sin posibilidad de tener libertad, diversidad, ni igualdad (bueno, “igualdad” quizás la habrá para los del partido).

Si el consenso del 78 aspiro a que todos los ciudadanos españoles pudieran vivir sobre los pilares de la libertad, igualdad y diversidad. Ahora, visto lo que esta pasando al otra lado del charco y visto los múltiples reinos de taifas que van floreciendo en todo el territorio español y visto que no hay pilar que se precie para sostener esta realidad. Parece que algunos se han despertado y han renunciado a la servidumbre y clientelismo que se ha propiciado desde los múltiples reinos de taifas. Y quizás, aun estén a tiempo de volver a poner las cosas donde debían de estar.

No estoy por la labor escribir sobre la crónica de este despertar, ni sus efectos, pero sigo con una emoción contenida esos escritos que hablan entre otras cosas de:

- “recomponer lo que se ha destruido”.
- “restablecer los consensos del 78, que hizo emerger nuestro sistema democrático”.
- “eliminar los incisivos que hacen que se cuestione permanentemente la distribución del poder, entre las instituciones regionales y el estado”
- “corregir las disfunciones actuales, singularmente en los ámbitos de educación, fiscalidad y organización del territorio”.
- “adoptar reglas de representación que favorezcan el compromiso de los políticos con los ciudadanos”.