Artículos de opinión y pequeñas noticias sobre mi pueblo

9/1/08

¡Papa quiero ir a la guerra!

Un poco preocupado empiezo a leer los partes de las misiones encomendadas al ejercito de mi país. Aun resuenan en mis oídos los gritos de ¡No a la guerra!, aun veo con los ojos cerrados una multitud de manifestantes llevando pancartas donde se puede leer ¡No a la guerra de Irak!. Aun escucho algún que otro comentario sobre una foto en una isla… Y ante eso, me pregunto: ¿fuimos a una guerra?.

Parece que los vecinos de mi pueblo dicen que ¡si!... Y si mis vecinos lo dicen, algo habrá de verdad. Pero al leer los informes de esa supuesta misión de guerra que realizó el ejercito de mi país… Empiezo a comprender porque mis hijas quieren ir a la guerra.

De los cuatro informes correspondientes a las cuatro misiones encomendadas en donde apenas estuvieron nuestros soldados más de un año. Y más concretamente en el tercer informe encuentro (he omitido del texto, los nombres de lugares y de los contingentes militares):
«La misión siguió siendo la misma que la de su predecesora: Contribuir a la seguridad y estabilidad de su área de responsabilidad y cooperar en su reconstrucción; un total de treinta y seis mil y pico de kilómetros cuadrados donde viven cercar de dos millones de personas… la realización de patrullas de protección con la incautación de 431 armas (en su mayoría pistolas y fusiles), la destrucción de más de 60.000 municiones peligrosas para la población civil. Igualmente se han desarrollado programas de ayuda humanitaria, la rehabilitación de 30 escuelas, 20 centros sanitarios y 20 edificios municipales y la rehabilitación y puesta en marcha del hospital materno-infantil. En la base fueron atendidos más de 500 civiles (ancianos y niños en su mayoría). En las instalaciones se atendieron a 5.238 pacientes de los que 1.129 fueron atendidos quirúrgicamente. Se repartieron 14 toneladas de alimentos, 25.000 desayunos, 3.000 raciones, 16 toneladas de agua embotellada, 20.000 litros de agua, 5.000 litros de leche maternizada, 15.000 litros de aceite, 30.000 kilos de azúcar, 15.120 yogures; también se hizo entrega de equipamientos deportivos y escolares, se rehabilitaron tres escuelas y una fábrica, y una red de saneamiento, se reconstruyó una vía férrea, y se recogieron y destruyeron 800 toneladas de explosivos…».

Ante estos resultados y esta guerra, difícil se me pone el negar a mis hijas a ir a esta clase de guerras… Y más aun cuando leo las siete reglas de enfrentamiento de nuestros soldados en la guerra de Irak. «1- La misión encomendada no es, en ningún caso, de confrontación, sino de contribución a la seguridad y estabilidad de Irak. 2- Las unidades españolas no estarán nunca obligadas a ejecutar cometidos que pudieran quebrantar el derecho internacional o las leyes españolas. 3- El derecho a la autodefensa individual estará garantizado por medio del empleo de la mínima fuerza, que debe entenderse como aquella que, incluyendo la letal, se limita en su nivel y proporcionalidad, así como en su duración e intensidad. 4- La aplicación de estas reglas deberá contemplar la observancia de los derechos humanos y el respeto a la propiedad privada. 5- Se prohíbe el uso de cualquier tipo de minas antipersona bajo cualquier circunstancia. 6- El contingente se comportará desde el respeto y la consideración de las costumbres locales y, muy especialmente, de las de carácter religioso. 7- Se mantendrá una política de coordinación estrecha con los iraquíes, haciéndoles, en lo posible, partícipes en la misión.

Les apunto que en toda guerra hay bajas y que incluso en esa supuesta guerra de Irak también las hubo: el 20 de agosto murió el primer militar español (Manuel) en acto de servicio, aunque estaba haciendo funciones civiles, el 9 de octubre murió (Juan Antonio) agregado de información de la embajada, el 29 de octubre murió en la base (Luis) al recibir un disparo accidental, 29 de noviembre murieron siete agentes del servicio secreto abatidos en una emboscada (Alberto, Carlos, José, José Carlos, José Lucas, Alfonso y Luis), 22 de enero murió (Gonzalo) que resultó gravemente herido al recibir un disparo en la cabeza cuando registraba junto a policías iraquíes un edificio .

Mis hijas se me quedan observando con tristeza mientras les explico nuestras dolorosas muertes en la guerra de Irak y dándome unos tiernos besos, me dicen: ¡Papa queremos ir a la guerra!. Solo les pido una cosa… Si quieren ir a la guerra que sea como la que dicen que fuimos y en las mismas condiciones.

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